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Tecnología punta, por Eduardo Zancada

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Tecnología punta, por Eduardo Zancada InicioPrimeros pasosCook&BiologyRigs&KnotsArtículosTestingShoppingCarpTripForoTeamNews Inicio News 2017 Tecnología punta, por Eduardo Zancada Spanish marketPlomos piedraCarpas invernalesMurphys, primer viajePrimera cambianteElección de bajo de línea Tecnología punta, por Eduardo Zancada Sábado, 13 Enero 2018 10:31 Enero 2018. Eduardo Zancada. Me he pasado la mayor parte de mi vida como carpista remando y varias son  las barcas hinchables que he pichado o rajado a lo largo de muchas sesiones. Una vez llegado el momento de renovarse o morir, decidí que resultaba necesario aprovecharse de las nuevas tecnologías que nos brindan un abanico de posibilidades en el mundo del carpfishing. Artículo incluido en la revista FederPesca de Enero 2017. Señalización de cebaderos Desde siempre, las posturas se han colocado con la mano desde una pequeña barca hinchable, los puestos se han marcado con un H-Block, boya, botella o algún instrumento de fabricación casera. Algunos carpistas, utilizan boyas camufladas con corteza de árbol o incluso una imitación de pato flotante de las utilizadas en el mundo de la caza. El caso es, que siempre hemos tenido que señalizar los hot spot de alguna manera, bien sea mediante marcadores, pintando la línea madre para saber en qué momento nuestro montaje llegaba al punto caliente o sencillamente, utilizando una caña uneaten que teníamos que tener inutilizada durante toda la sesión para mantener una boya marcadora que nos indicase el metro cuadrado de cebado. A día de hoy y gracias a la tecnología, podemos optar por el uso de GPS para localizar el punto exacto de cebado, un adelanto que nos permite acudir con la embarcación y localizar la zona en la que debemos depositar la postura sin necesidad de haber colocado una boya marcadora previamente y sin necesidad de buscarla en medio de la oscuridad. Profundidad Antaño la profundidad se medía con boyas marcadoras. La colocación de un plomo situado antes de la boya marcadora, nos permitía que una vez lanzado el aparejo en la zona deseada, pudiésemos ir soltando línea lentamente y contando los metros correspondientes de profundidad hasta que la boya saliese a flote. Esta técnica que muchos siguen empleando hoy en día, quedó sustituida por el uso de las sondas, tecnología que al principio estaba solo al alcance de unos pocos y que hoy en día pueden disfrutar la mayoría de carpistas. Y como no, hacer mención a las temporadas de sequía en las que muchos de nosotros recorríamos las orillas de los embalses cámara en mano, descubriendo la orografía del embalse, fotografiando grandes piedras, árboles secos y escalones que deseábamos estuviesen los antes posible cubiertos nuevamente por el agua para poder pescarlos. Esta última estrategia tenía mucho mérito y daba una gran satisfacción, pudiendo tener fotografiado años después todo el fondo del lago a la perfección y sabiendo así los detalles de lo que resultaba ser desconocido años atrás. Tipo de fondo Los carpistas avanzados y más inquietos, siempre han utilizado plomos geométricos especiales y líneas trenzadas para poder sentir la composición del fondo, si había zona de algas, si era fango o si habían encontrado una zona dura de grava platonic donde pescar. El uso de hilo dental en el último tramo del bajo para poder analizar si venía manchado de fango, era frecuente a la hora de prospectar un nuevo puesto de pesca. La existencia de rastrillos o cadenas para poder hacer una calva entre la pradera de algas y depositar allí su postura en zona de fondo limpio se veía menos, pero había algún que otro abonado ferviente a estos hábitos que daban una casi total tranquilidad de pescar en fondo limpio. Todas estas incógnitas y arduo trabajo para el carpista que pretendía localizar y analizar un nuevo puesto de pesca, han quedado solventadas en gran medida con la grandísima ayuda de las sondas de última generación, en donde se nos muestra con detalle la composición del fondo, la profundidad, temperatura del agua y los obstáculos que nos podemos encontrar en la zona de acción. Otra de las modas para los más atrevidos, era el poder introducirse con traje de neopreno, tubo, gafas y aletas en los ríos o lagos para detectar posibles zonas de paso natural de los ciprínidos, comederos naturales o avistar algún ejemplar. Evidentemente, se terminaba colocando la postura con la mano y con ayuda de un pequeño frasco se depositaba el cebado junto al montaje. Esta última técnica que hoy en día ponen en práctica los más atrevidos, resulta ser la más eficiente, incluso podemos acceder en internet a diversos videos en los que se graba todo el proceso, incluido el momento de la picada de la carpa. Imprudencias En esta modalidad y a pesar de ser pasiva, sedentaria e incluso pachorra diría yo, se cometen múltiples imprudencias. Desde meterse solo con el vadeador en orillas fangosas y que le tengan que sacar a uno con cuerdas entre tres compañeros, hasta meterse en pleno mes de enero en el Ebro con el peto de invierno puesto o vadeador en una pequeña barca hinchable. El hecho de afrontar en solitario una sesión de varios días resulta gratificante para el carpista solitario, pero puede tener complicaciones de diversa índole. Desde encontrarse en la nocturnidad solo en el puesto de pesca frente a cinco grandes perros provenientes de fincas colindantes, a clavarse un anzuelo estando solo en el campo, o incluso recibir la picadura de una escolopendra o un bonito alacrán. Por todos estos motivos conviene tomar siempre precauciones, intentar ir acompañados de algún infatigable compañero de sesiones de pesca o dejar bien clara nuestra localización a familiares y amigos respecto del embalse o río al que pretendamos acudir. Avances tecnológicos Muchas de las estrategias comentadas anteriormente, siguen vigentes y se utilizan con gran éxito, pero nos encontramos en una modalidad que no deja de sorprendernos y avanzar cada día más. Si bien el mercado pone todo su empeño en diseñar material para capturar las carpas más astutas y de preparar material de pesca que garantice nuestra comodidad y seguridad cada día más, no es de extrañar que también todas esas estrategias o hábitos de pesca se vuelvan más arcaicos con el tiempo y se vean reemplazados por los avances tecnológicos. El uso más común actualmente, suele ser el de zodiac provistas de motor eléctrico y sonda, permitiéndonos luchar el pez desde la embarcación, cebar cómodamente y situar nuestras posturas con nuestras propias manos, deslizando el montaje hasta el fondo asegurando un correcto posicionamiento del mismo. A pesar de haber llegado hasta este punto y tener todo el conglomerado de avances en este conjunto de elementos, siempre resulta aparatoso el portar una gran barca hinchable, motor eléctrico, sonda y baterías en el maletero, sin olvidar la tremendísima equipación que nos acompaña en nuestras sesiones. Llegados a este punto, decidí dar el salto a la tecnología, adquiriendo un barco cebador y encontrando así un aliado que me aportase todas las ventajas en un solo elemento. Barcos cebadores Podemos optar por diversos modelos y categorías que nos ofrece el mercado, los hay grandes, pequeños, de diversa potencia y con distinta capacidad de carga según las tolvas de las que se compongan. En mi caso particular, después de analizar toda una variedad de modelos existentes y para mayor abundamiento siendo lego en la materia, me decanté por lo más completo, avanzado y práctico a su vez. Ya que había decidido dar el salto a la tecnología, tenía claro que quería un barco cebador completo, con sonda y GPS, decantándome por el barco Carpio Hybrid V5, el único barco con sonda integrada en el propio mando. No es el más caro, ni el más rápido, ni el de mayor gama de los barcos existentes en el mercado, pero analizado globalmente y si lo comparamos con el resto de los barcos del mercado, personalmente considero que es el más práctico, ganando en prestaciones, calidad y precio, sin olvidar que dispone de servicio técnico en nuestro país, evitándonos así los envíos al extranjero y largas esperas. Que un barco cebador pueda transportar dos líneas a cuatrocientos metros de la orilla con cuatro kilos de cebo está bien, pero si además tenemos en el propio mando una pantalla (sin necesidad de tener la pantalla de la sonda aparte) que nos mida la profundidad, presión atmosférica, temperatura del agua y nos indique los obstáculos y peces, todavía está mejor. El colmo viene cuando tenemos un barco con GPS integrado, pudiendo marcar hasta diez puntos de referencia en un embalse en medio de la nada, llevando nuestro barco de forma automática en plena oscuridad, hasta ese punto caliente que nos está dando tantos peces y regresando él solo hasta nuestros pies sin necesidad de manejarlo, sin olvidar que en caso de batería baja, regresa solo hasta nuestra posición. Creo personalmente, que roza el colmo de todo carpista que la tecnología se ponga a nuestro alcance de esta manera. Para mayor abundamiento, siempre se puede tunear, aumentando la potencia de motores o incluyendo leds de iluminación. Consta de dos tolvas, pudiendo portar diferentes tipos de cebado en cada tolva y con posibilidad de sacar dos líneas a la vez, sin olvidar que podemos dejarlo en una sola tolva también. Finalmente y para mejorar su velocidad, decidí cambiar las baterías de plomo de serie por otras de litio, reduciendo además el peso del barco e incrementando el tiempo de navegación del mismo. “A barco nuevo capitán viejo” Para un servidor, se terminaron las boyas marcadoras por el momento, remar a golpe de riñón con cualquier tipo de embarcación a menos diez grados, o los transportes de las históricas barcas, renovarse o morir dicen. El hecho de poder poseer el equivalente a una zodiac bien armada con motor eléctrico y sonda, reducido al tamaño de una mochila con la gran ventaja del GPS, resulta ser un arma mortífera al alcance de nuestras manos que nos ayudará en la captura de nuevos records. Como dicen que la ciencia y la tecnología no superan nunca la experiencia, seguiré por el momento haciendo uso del conocimiento que tantos bolos y sesiones de éxito me han aportado, pues en el fondo me resisto a dejar que la tecnología desvele todos los secretos de la pesca, eliminando por completo la magia que la rodea, sus incógnitas, sus secretos y grandes dificultades. Quizás una de las mejores cosas que tiene el carpfishing es que nos hace ser plenamente conscientes de que no somos dueños de la naturaleza, ni la podemos moldear a nuestro gusto por completo, ni descifrarla, de lo contrario no habría gracia ni magia en esta modalidad, los bolos no existirían y finalmente se perdería la gran afición que nos hace volver una y otra vez a las orillas. Me considero chapado a la antigua en el mundo del carp, “bicho malo nunca muere” por lo que continuaré leyendo las aguas a mi parecer, seleccionando los puestos con wiring en la experiencia y observando la climatología los días previos a mis sesiones de pesca. Aunque me haya renovado y me ahorre esfuerzos y molestias, gane tiempo en posicionar posturas y reduzca vertiginosamente las imprudencias que antaño podía cometer, intentaré seguir haciendo las cosas a la vieja usanza, compaginándolo con las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías que hoy por hoy están a nuestro alcance. Y mientras termino estas líneas, mi Carpio Hybrid navega solo de regreso hacia mi puesto, después de colocar esa última postura que preparé con esmero, en espera y quizás de un nuevo record.   Artículo realizado por:  Eduardo Zancada   FACEBOOK Articulos relacionados Shallow waters Primavera 2013. Gonzalo Gil. 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